Ya vimos las causas del debilitamiento de la capa de Ozono, pues bien, ahora nos centraremos en las consecuencias que tiene este hecho, tanto para la salud como para el medio ambiente.
Si la capa de ozono es un protector contra los rayos UV de ondas cortas determinadas, cualquier desgaste en ella constituye el paso de estas dañinas radiaciones hacia la superficie. Esto puede ser perjudicial para la salud de las personas, ya que incide en la aparición de cáncer de piel, lesiones en los ojos (cataratas, deformación del cristalino y presbicia) y deterioro del sistema inmunológico, afectando las defensas lo que aumenta la probabilidad de contener enfermedades infecciosas.
Según estudios recientes, una disminución constante del 10% de la capa de ozono puede llegar a aumentar en casi 26% la incidencia del cáncer de la piel. Las personas de piel blanca que poseen pocos pigmentos protectores son las más susceptibles a este tipo de cáncer.
En cuanto al daño ambiental que se produce por el “agujero” en la capa de ozono, podemos decir que el aumento de los rayos ultravioleta (UV) daña a los ecosistemas acuáticos y provoca importantes cambios en la composición química de varias especies de plantas (arroz y soya) y árboles (coníferas). Además, altera el crecimiento de algunas plantas e impide su proceso de fotosíntesis. Con esto se ve afectado el rendimiento de las cosechas.
Con respecto al daño en los ecosistemas acuáticos es porque se produce la pérdida de fitoplancton (base de la cadena alimenticia marina). Esto es muy perjudicial, porque una disminución en la cantidad de organismos puede provocar una reducción de los peces y afectar el resto de la cadena trófica. Así, por ejemplo, bajo el agujero de la capa ozono en la Antártica la productividad de este conjunto de organismos acuáticos disminuyó entre el 6 y el 12%. Además, la escasez de fitoplancton (organismos fotosintéticos) hace que el océano pierda su potencial como recolector de CO2, contribuyendo al efecto invernadero.
También, estos rayos provocan problemas en peces, crustáceos y anfibios durante sus primeras etapas de desarrollo, afectando sus capacidades de reproducción y, por lo tanto reduciendo el tamaño de la población.
Por todos estos males producidos es importante tomar conciencia ambiental y educar con valores y posturas críticas a las futuras generaciones y a nosotros mismos.
Si la capa de ozono es un protector contra los rayos UV de ondas cortas determinadas, cualquier desgaste en ella constituye el paso de estas dañinas radiaciones hacia la superficie. Esto puede ser perjudicial para la salud de las personas, ya que incide en la aparición de cáncer de piel, lesiones en los ojos (cataratas, deformación del cristalino y presbicia) y deterioro del sistema inmunológico, afectando las defensas lo que aumenta la probabilidad de contener enfermedades infecciosas.
Según estudios recientes, una disminución constante del 10% de la capa de ozono puede llegar a aumentar en casi 26% la incidencia del cáncer de la piel. Las personas de piel blanca que poseen pocos pigmentos protectores son las más susceptibles a este tipo de cáncer.
En cuanto al daño ambiental que se produce por el “agujero” en la capa de ozono, podemos decir que el aumento de los rayos ultravioleta (UV) daña a los ecosistemas acuáticos y provoca importantes cambios en la composición química de varias especies de plantas (arroz y soya) y árboles (coníferas). Además, altera el crecimiento de algunas plantas e impide su proceso de fotosíntesis. Con esto se ve afectado el rendimiento de las cosechas.
Con respecto al daño en los ecosistemas acuáticos es porque se produce la pérdida de fitoplancton (base de la cadena alimenticia marina). Esto es muy perjudicial, porque una disminución en la cantidad de organismos puede provocar una reducción de los peces y afectar el resto de la cadena trófica. Así, por ejemplo, bajo el agujero de la capa ozono en la Antártica la productividad de este conjunto de organismos acuáticos disminuyó entre el 6 y el 12%. Además, la escasez de fitoplancton (organismos fotosintéticos) hace que el océano pierda su potencial como recolector de CO2, contribuyendo al efecto invernadero.
También, estos rayos provocan problemas en peces, crustáceos y anfibios durante sus primeras etapas de desarrollo, afectando sus capacidades de reproducción y, por lo tanto reduciendo el tamaño de la población.
Por todos estos males producidos es importante tomar conciencia ambiental y educar con valores y posturas críticas a las futuras generaciones y a nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario